¿Alguna vez has sentido que pierdes la batalla? Yo sí.
Lo interesante es que cuando hablamos de una batalla siempre pensamos en tentaciones y pruebas. Sin embargo, eso no es lo único que se puede convertir en un campo de batalla para nosotros. ¿Alguna vez has escuchado de la paciencia? Supongo que sí. Interesante es ver que parece ser un tabú para muchos. De hecho, hay una frase que dice: «El que pide paciencia, pide prueba». ¡Y cuán cierto es!
La paciencia no se obtiene de la noche a la mañana, es un proceso que conlleva determinación y autocontrol. ¿Y qué hace la paciencia? ¡Nos ayuda a vencer las batallas! La necesitamos porque… nosotros no obtenemos la victoria como el mundo la obtiene; no vencemos como vence el mundo.
Somos la luz del mundo, así que, nuestras acciones deben ser diferentes.
Les contaré un pequeño testimonio:
«Hace unos meses pasé un día con mucho coraje. ¡Mucho, de verdad! Ese día llegué a la iglesia y me sentía de la misma manera. Comencé a hablar con Dios y le dije realmente cómo me sentía. Estaba «envenená» como dicen en Puerto Rico. De más está decir que Dios me escuchó y mientras más me sinceraba, más paz sentía. ¡Qué maravilloso es Dios! Recuerdo que ese día en la escuela bíblica se habló de la sabiduría y aunque la maestra comentaba que no entendía por qué esa clase estaba en el leccionario (libro para las enseñanzas en la escuela bíblica) si no estaba entrelazada con las demás lecciones yo sabía que esa lección era la perfecta para el día que yo estaba viviendo».
El tema de la clase era la: sabiduría.
Eclesiastés 9:18
«Mejor es la sabiduría que las armas de guerra; pero un pecador destruye mucho bien».
Somos humanos, eso lo sé. Sin embargo, a veces se nos hace muy difícil mantener el control y la cordura. De hecho, llegamos a pensar que los conflictos se resuelven si discutimos o peleamos y no pensamos en que la blanda respuesta quita la ira. ¿Crees que imitamos a Jesús si en vez de apagar el fuego, le echamos más gasolina?
Es difícil contenerse y queremos defendernos porque según nosotros «tenemos la razón», pero, ¿quién dice que tenemos que defendernos? DIOS PELEA POR NOSOTROS. Envolvernos en discusiones solo hará que perdamos la paz y la comunión. Además, es muy probable que se infiltre el rencor en nuestro corazón.
Debemos ser diferentes y ser sabios. Entonces, ¿qué es ser sabio?
Proverbios 1:7
El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.
Y no nos referimos a tenerle miedo a Dios como a los monstuos de debajo de la cama, si no, a temer porque deseamos siempre agradarle. Entonces, la sabiduría te dice que cuando llegan los conflictos debes pensar: ¿Soy luz o tinieblas? ¿Debo apagar el fuego o incrementarlo? ¿Debo dar testimonio de que soy hijo de Dios? ¿De quién dependo? Esos pensamientos son de los sabios. ¡Querer agradarle a Dios siempre!
Lo sé… a los sabios nadie los escucha. ¿Y qué importa? Jesús es sabio y cuando estuvo en la tierra muchos no le escucharon, ¿y dejó de tener la razón? NO, así que, establece la palabra de Dios como tu prioridad al caminar y que los pensamientos del mundo no te intimiden. Al fin de cuentas, ¿qué ha hecho el mundo por ti comparado con lo que Jesús hizo en la cruz por amarte?
La enseñanza es sencilla… Somos diferentes y debemos demostrarlo. Seamos la paz y no la tormenta. No necesitamos armas, la sabiduría siempre vence.
¡DIOS LES BENDIGA!
Excelente!!! Muchísimas gracias!!!
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