La obediencia

Wow, ¡sí que es difícil ser obediente! Y más cuando no estamos de acuerdo ni le encontramos el sentido a lo que se nos exige. La definición de obediencia es: acción de acatar la voluntad de la persona que manda, de lo que establece una norma o de lo que ordena la ley. ¿Por qué utilizo la propia definición para traer la enseñanza? Porque es necesario para entender qué significa y qué implica a cabalidad obedecer al Señor.

Para hacer este escrito más estructurado y entendible lo dividiré en tres preguntas que están perfectamente entrelazadas con la definición de obediencia. ¿Quién me rige/manda? ¿Cuál es la ley que me dirige? ¿Qué establece esa ley?

1. ¿Quién me rige?

Todo comienza cuando confesamos a Jesús como nuestro único y exclusivo Salvador, de ese momento en adelante nos convertimos en hijos de Dios.

Los hijos deben obedecer las ordenanzas de un padre, por tanto nosotros como hijos de Dios debemos obedecer sus ordenanzas.

1 Samuel 15:22

«Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros». (RV-1960)

Obedecer es crecer, madurar y reconocer que no dependemos de nosotros, sino de Dios. La obediencia es más preciada ante el Señor que los sacrificios. ¿Has escuchado la frase: El amor no se dice, se demuestra? Pues con Dios es lo mismo, de nada vale que le digas que lo amas, sino le obedeces. A través de la obediencia le demuestras si tu amor por Él es genuino.

2. ¿Cuál es la ley que me ciñe?

Al ser hijos de Dios nos sometemos bajo la ley suprema, su Palabra. También la conocemos como la Biblia.

Hebreos 4:12

«Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón». (RV-1960)

La palabra de Dios es viva y eficaz, sin importar hace cuánto haya sido escrita sigue transformando vidas y corazones. Esta NUNCA torna atrás vacía. Renueva nuestras fuerzas y SIEMPRE toca nuestros corazones porque es su Palabra y su Palabra es verdaderamente eficaz. (Si no lo has probado, ¡hazlo! Entrega más tiempo a leer y escudriñar su Palabra y verás cómo tu vida cambiará de una manera increíble). Su palabra es UNA ESPADA, suena impactante; lo sé. Sin embargo, mientras más impactante suena, más real es. No importa si somos nosotros los que la estamos exponiendo o predicando, no deja de confrontarnos.

1 Corintios 10:12

«Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga». (RV-1960)

Tip: Nunca creas que la relación que tú tienes con Dios es «mejor» que la que Dios tiene con tu hermano. Siempre recuerda que su amor es igual por TODOS. Solo que algunos somos brazos, otros ojos, otros piernas, por lo cual todos poseemos diferentes funciones; pero todos formamos un cuerpo que está dirigido por la cabeza que es Cristo.

3. ¿Qué establece esa ley?

Si leemos la Biblia desde Génesis hasta Apocalipsis encontraremos muchos estatutos y decretos dirigidos hacia su pueblo (la iglesia). No obstante, el mismo Jesús resume todo en dos.

• Amarás a Dios

Marcos 12:30

«Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento». (RV-1960)

¿Por qué es este el primer mandamiento para los cristianos? Nuestra vida se enfoca en Dios tras tomar la decisión de servirle. Lo cual nos establece que Él y solo Él debe tener el primado en nuestras vidas, por eso este es el primer mandamiento.

El amor es una decisión, no un sentimiento. Los sentimientos son: felicidad, enojo, coraje, tristeza, entre otros. Amar a Dios con todo tu corazón no es un sentimiento que viene por algunas horas y luego cambia, DEBE ser una decisión de entrega total. Cuando amas a Dios, le obedeces. Cuando amas a Dios, todo lo «difícil» que Él te pide comienza a ser fácil porque lo haces por amor. Amar a Dios es una decisión estable, no puedes amarlo hoy y mañana no. No es posible querer obedecerle a Él hoy y mañana al enemigo, porque con eso solo le demuestras que tu amor y entrega por Él nunca fueron genuinas.

• Amarás a tu prójimo

Marcos 12:31

«Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos». (RV-1960)

¿Por qué es tan importante amar al prójimo? Sencillo, ni tú ni yo somos las únicas personas creadas por Dios; hay millones más. El designio principal de la humanidad era la eternidad, la paz y el amor. No obstante, la humanidad fue corrompida y llegó el pecado. Esto causó que las obras de la carne (Gálatas 5:19-21) fueran manifestadas. Cada uno de nosotros posee libre albedrío, los que andan según la carne no buscan la paz; pero los que andas conforme al Espíritu sí deben buscarla y seguirla. Por tanto, Dios nos pide que nos amemos porque esto conlleva paz y amistad, y eso era lo establecido para nosotros desde el principio.

También se nos constituye como estatuto, ya que, através de este mandamiento le demostramos al Señor que realmente lo amamos.

1 Juan 4:20

«Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?» (RV-1960)

 

La enseñanza es sencilla… obedecemos a Dios cuando lo establecemos a Él como lo primero en nuestras vidas. Cuando considerarmos de suma importancia su Palabra y la ponemos por obra a través de lo que ella nos establece.

Recuerda… obedecer a Dios podría considerarse desgastante para algunos, pero el amor que Él tuvo para enviar a su Hijo a morir por ti y por mí merece más que obediencia, una eterna devoción.

¡DIOS TE BENDIGA MUCHO!